" niñez adulta ".
Cuando nuestros hijos llegan a la tierra, los llamamos bendiciones, son nuestra razón de vivir y de entregar nuestra vida si por ellos fuera menester.
En mi caso no llegaré a juzgarles si llegaré yo a esa etapa de vida. Ser un niño adulto.
Ser un abuelo tan dependiente como un bebé; Y quedar solo .
Quizá sea doloroso estar olvidado por las personas que más llegó uno a amar en la vida. Pero en razón a ese amor, lo verdaderamente importante es su felicidad.
"Nuestros" hijos no son nuestra propiedad, ni podemos ser su carga o motivo de infelicidad o tranquilidad.
Ahora esté caso no es una regla general, porque no todos los hijos son caso apático.
Algunos intentamos en un mundo egocéntrico, creer que nuestros padres son nuestros y vivimos por una razón lógica quizá.
Un apego un tanto irracional.
Esa es mi opinión personal. Por encima de mi madre no hay nadie y me atrevo a enmarcar está figura, junto a mis hijos .
Está nota la escribo basado en la indiferencia de algunos hijos con sus viejos padres y madres. Abuelos y abuelas.
La conciencia del abandono total es un infierno que no lograría asimilar.
En mi caso fuí un poco afortunado.
Por ejemplo aunque mi padre vivió una vejez un tanto dramática he injusta según yo.
También cierto es que la vida misma le dio lo que el mismo pidió para el fin de sus tiempos.
Dejó a mi madre una pequeña casa donde ella habita , acompañada de una de sus hijas y todos los hijos , cada quien a su manera. Hace por que mi madre lleve una vida relativamente cómoda y tranquila.
Eso nos hace afortunados diría yo .
Mi futuro no es mi mayor preocupación porque el presente siempre a sido maravilloso.
Solo tomé un momento para escribir algo sobre el tema, después de ver un vídeo , donde una funeraria retira el cuerpo de un anciano olvidado en un centro geriátrico.
Un abrazo .