viernes, 31 de octubre de 2025

Dos paredes , dos mundos

—Encerrado en mis locuras, aislado del mundo exterior de los rojos y azules, de los surdos y derechos, de los rectos y torcidos.
—De sus mundos, no de mi mundo.
—No del mundo vivo y despierto.
—No sabía que estaban en guerra.
—Fue como el caer en pesadilla sin dormir.
—¿Guerras?
— Si. Estamos en guerra Edgar.
— ¿Ellos saben que tienen una sola oportunidad muy misera de luz?
— ¿No te comprendo, de que hablas?
— Claro, con razón dijiste que estamos. Estan ustedes; porque lo que soy yo, no tengo con quien pelearme. 
— La vida es un pequeño y corto milagro de luz, en un antes y después de la oscura muerte. 
— Sigo sin comprender Edgar.
— Claro... Que torpe soy, intentando eludir tu realidad. Cuando tú ya la determinaste. ( Perdoname )
— Definitivamente si es cierto lo que dicen Edgar 
— ¿Y que dicen? 
— ¡Que estás loco!
— Tienes y tienen razón. Si estar loco es no estar en guerra yo seguiré estando loco. Hasta que algún cuerdo dispare y quite de mi, está maravillosa experiencia de luz y locura. 
— Edgar Plata —

Pensar

— Muchos me han dicho. Deje de pensar tanto.
— Como si fuera tan simple dejar de hacerlo, es algo que no se puede controlar, además es como una necesidad.
— Puedes cambiar de lugar, de ambiente, beber algo, comer algo, escuchar a la distancia una canción de tu gusto, observar las maravillas de la creación, intentar ser un poco más distraído de la realidad.
— Pero... No es posible dejar de imaginar, recrear fantasías, añorar posibilidades de una vida más agradable para toda la humanidad.
— soñar y soñar. Crear, buscar soluciones, vivir mejor con uno mismo sin olvidar la necesidad y el dolor de tantos.
— Dejar de pensar, no es igual a dejar de lado lo innecesario.
— En estos casos, como el mío y el de tantos más, uno no gobierna totalmente la mente; ella es independiente y lo lleva a uno por sus propios caminos.
— Es ella la que ordena,  y organiza nuestros días y noches.
— Yo podría y quisiera decir: No pensare nada a partir de este momento, en realidad no es posible.
— Sabes cuándo logro dejar de pensar y pensar... Cuando le suplico que quiero dormir, y, ni aún así, a veces se compadece. Solo cuando ella está verdaderamente tan agotada, que mis ojos son como las cavernas. Entonces despierto después, para seguir pensando y pensando.
— Edgar Plata —