Morir es como jamás haber nacido.
Por eso oímos decir: Disfruta de cada momento, como si fuese el último.
Si necesitas llorar . ¡ Hazlo ! . Porque es el alma que a gritos clama liberarse de algo que le atormenta.
Si una tenue sonrisa apasigua tu paso, si acaso ríes a carcajadas, es porque el alma en alegrías expontáneas resucitó tu tiempo.
Erradamente decimos a otro. " No estés triste " . " No llores " . " Que no se note tanto tu alegría " " No lo pienses tanto " " No sufras ".
Cuando en realidad todo aquello son estados naturales de un ser racional.
Son momentos, son etapas , son buenos o malos tiempos, que nos llevan a superar dificultades o emociones.
Quizá lo hagamos en el afán de solidaridad altruista.
La muerte es como no haber nacido.
Es el silencio eterno.
Dónde los afanes, los amores , rencores y vanidades no existen .
Cuando miramos un vídeo de épocas pasadas, dónde aparecen personas, seres que ya murieron y mezclamos sus vidas y las nuestras . Comprendemos que en aquel instante de la filmación no existiamos, no éramos nada .
En esos tiempos no estuvimos en la memoria de nadie, aunque hoy y mañana por un determinado tiempo estés en el recuerdo de quienes te quisieron o mejor aún te amaron , llegará el día o la noche de cualquier tiempo que volverás a ser la nada.
De allí que sea una verdadera perdida de tiempo, las guerras, los odios y la indiferencia.
De allí que sea muy lamentable perder el tiempo.
El tiempo se va y no regresa.
La muerte es como nunca haber nacido.