Nunca saborearon la dignidad, jamás se rebelaron, fueron esclavos toda su miserable existencia.
Condenando generación, tras generación.
Una noche, cuenta la historia; de entre la espesa selva, apareció un hombre libre y les habló al oído , acarició sus sentimientos y los fue llevando de la mano por el camino a la libertad.
Los muy canallas prefirieron vender al salvador que abandonar el yugo y las cadenas.
Asesinaron la esperanza, y fueron esclavos toda su miserable existencia.
— Édgar Plata —