lunes, 13 de octubre de 2025

Y.

Y fueron esclavos toda su miserable existencia, se burlaron de los lacayos y se arrastraron peor aún.
Nunca saborearon la dignidad, jamás se rebelaron, fueron esclavos toda su miserable existencia.
Condenando generación, tras generación.
Una noche, cuenta la historia; de entre la espesa selva, apareció un hombre libre y les habló al oído , acarició sus sentimientos y los fue llevando de la mano por el camino a la libertad.
Los muy canallas prefirieron vender al salvador que abandonar el yugo y las cadenas. 
Asesinaron la esperanza, y fueron esclavos toda su miserable existencia.
— Édgar Plata —

hablamos

Viniendo de oripaya, mientras conducía, hablé, hablamos tanto que el tiempo se esfumó; hablamos en el idioma de la admiración y el amor.
Era imposible detenernos.
Yo hablaba, ellos me hablaban, yo los entendía y lloraba de la felicidad.
Había intentado antes hablar con todos, pero nunca antes hablamos tanto; hasta cantamos sin ser yo cantor, ellos eran y son armonía, ellos me enseñaron y yo les agradecía.
Hablaba yo tanto, pero no lograba encontrar definición a tan majestuoso espectáculo. 
Sentía una tranquilidad jamás hallada antes, fueron quizá en mi vida los momentos de paz más sublimes.
No era para menos.
Escuchar la naturaleza y saber que nos comprendimos. Fue la experiencia más grande del hablar.
— Edgar Plata —