Di : No logro ser detractor de mis convicciones infundadas.
Aún cuando creo tener libertad de opinión, soy un esclavo del odio , del pesimismo y de mi mismo.
Tengo por costumbre culpar a otros de mi incapacidad.
Di: La libertad termina dónde inicia la de mis semejantes.
Tengo infundada la idea, que aquel que piensa diferente a mi. Está equivocado y por eso suelo culpar a otros de mi propia incapacidad de actuar .
culpo a la. " izquierda " de mi pesada derecha .
Soy amigo a conveniencia y digo lo que otros quieren escuchar .
Di: Soy un títere.