Los he visto ir de prisa, porque la hora está cerca y no desean llegar tarde, los he visto arrodillados y arrodilladas, cerrando los ojos, gimiendo y pidiendo.
Lo he visto correr presurosos a la hora del rito en memoria de quien ya murió en la carne.
Y ahora que recuerdo, nunca los ví, correr a socorrer al enfermo que ya descansó.
Créanme que los he visto.
El alma de todo ser es luz y sabrá la divina providencia de ella.
Los he visto.
Me acusan, me señalan y me envían en sus frases de odio, directo al infierno.
Ya se convirtieron en hombres con jerarquía de dioses.
— Edgar Plata —