Yo debo levantar mi cuerpo de la cama donde el hielo ya duerme.
Me sirvo un frío fresco que saque de la nevera, camino al pequeño sofá en la pequeña casa del piso uno, donde convivo con mi hijo y el bloque de hielo.
Estoy pensando en una mujer que quizá jamás sea mía, estoy imaginando que acaricio su propia alma y mientras tanto el mercado del piso dos continúa.
No sé si bloque de hielo duerme o solo como siempre finge .
Lo único real es que pegó un alarido cuando al levantarme prendí la luz del baño.
Simplemente ignoro algunos de sus actos y palabras, tengo un apellido que refiere al dinero , pero no tengo cara de moneda.
El mercado del Piso dos por momentos calla y así también de repente estalla como tormenta.
Mañana debería madrugar a trabajar en lo que por momentos veo como una agradable profesión y también en momentos siento como una rutinaria tarea.
Un sancudo está de visita por acá.
De repente el mercado del piso dos quedó en silencio.
No estoy seguro de lo que quiero, solo deseo con infinitas ancias ser feliz.
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