y no se equivocó.
Me da flojera la esclavitud y pereza la vanidad.
A escasos dos años de quizá llegar a los sesenta, no tengo otra cosa en mi mente que ser feliz, vivir en paz y sobrio.
La locura siempre estuvo , esta y estará en mi. Una aparente mirada tosca y perdida entre la amargura y la tristeza, no son mas que el disfraz de mi alma, que a propósito es noble ampliamente amorosa y altruista.
La vida es la escuela de la que jamas vamos a salir graduados, nacemos inocentes, supuestamente aprendemos, mas en realidad morimos aprendiendo.
Todo creemos saberlo, juzgamos a otros por sus ideologías sin ver que estamos frente a un espejo que solo permite vernos a nosotros mismos.
Con el ego y la soberbia de la nada.
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