De repente paso la ignorancia y les arrojo una roca.
La razón solo miraba , escuchaba y nada decía.
La ignorancia siguió su camino y la soberbia y la terqueda culparon a la razón de la roca que les fue lanzada.
La razón intentó explicar su inocencia, pero la terquedad y la soberbia unieron sus argumentos para agredirla.
Fue así como la razón dio por hecho que por más argumentos que creas tener. Nunca tendrás la última palabra .
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