El pastor se sentó en una roca bajo la sombra de un árbol mientras silvaba y talarariaba una canción.
Las ovejas no comprenderán jamás que es el pastor quien les desnuda para usar sus lanas, es quien comercia con ellas y las lleva a la mesa. Y no precisamente para compartir sus verduras con ellas.
Así es la vida.
Los hombres creen en sus verdugos y señalan a sus protectores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario