una jaula vieja y oxidada; La recogí y la llevé a casa.
La colgué en un árbol que refrescaba el patio, dejando abierta la puerta de la jaula en honor a los seres que allí habitaron.
Todos los días, contemplaba con tristeza, al imáginar de cuántos trinos de dolor y plumas de color allí permanecieron encerrados.
Todos los días por un instante contemplaba y renegaba contra aquellos que la jaula inventaron.
No quise votarla a pesar de todo.
Más no dude un día en usarla.
Encerré allí el odio, la envidia, la intolerancia y todas aquellas cosas que la maldad genera, cerré la puerta para que nunca más saliera todo eso que tanto daño nos hace.
--- Edgar Plata ---
//// Mayo 10 / 2012 ///
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