Estando está allí les dijo: Aquí estoy para escucharlas .
Las tres se miraron una a la otra y la soberbia frunciendo un ceño preguntó .
¿ Si nada tienes por hablar a que haz venido ?
He venido a escucharlas porque quiero aprender de ustedes.
Entonces la ignorancia también preguntó.
¿ A quien habremos de llamar para reír un poco ?
La estupidez sugirió llamar a la arrogancia.
Así fue que casi al instante la arrogancia pasó frente a ellas y presuntuosa les vió diciendo:
Si me habéis llamado, espero que sea para cosa importante. No estoy para perder el tiempo.
La tolerancia en suave tono le solicitó que les hablará de sus cosas.
La arrogancia les miró despectivamente y sentada en la mesa empezó a reír.
No paraba de reír y cada vez reía más.
Al punto de contagiar a las demás damas presentes y todas reían sin parar y sin saber del por qué.
(La arrogancia, la idiotez, la ignorancia y la estupidez juntas causan risa).
Pensaba la tolerancia mientras reía .
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