Para volver no se cuántas veces a un vientre en alquiler, pagado con amor y a veces con olvido e ingratitud.
Tomando por camino lo incierto, lo vanidoso o quizá el dolor.
El dolor, la incertidumbre y olvidando absolutamente todo lo necesario para volver a empezar.
El otro yo, el alma, la esencia del ser no olvida; simplemente la capacidad humana no comprende del porqué.
Por ello es que encuentras en ese camino seres malvados, fríos e indiferentes.
También hallarás seres admirables, de luz en cada gesto, palabra y acto.
Porque el otro yo, el alma o la esencia del ser, avanza como las aguas del río.
El alma evoluciona en cada paso por esta hermosa creación.
El alma, el otro yo, la esencia del ser no acumula recuerdos de experiencias pasadas. ¡Ella aprende!
Al aprender no caerá en odios, violencia y todo aquello que nos impida llegar a ser de luz.
Los seres de luz, muestran el camino del amor, casi siempre burlado o mal interpretado por la ignorancia la arrogancia y la indiferencia.
Pero aunque no parezca, "es normal".
Porque solo se aprende con las experiencias vividas.
Las palabras, los libros y los sabios son espejos.
Tu decides como te miras, de que lado los usas y si son acordes a tus etapas en la evolución divina.
— Edgar Plata —
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