Tanto y de tal manera que convirtió su existencia en guerra.
Convirtió este paraíso en su propio infierno .
Seguramente el ego que reviste su propia esclavitud, lo lleva por el camino de la intolerancia y la idiotez.
Solo un ser con concreto por masa encefálica, puede crear armas para aniquilar la vida .
Al punto de odiar por creencias religiosas, ideologías políticas y poder económico.
El infierno no es un lugar, es un estado emocional donde muchos "viven".
No hay comentarios:
Publicar un comentario